Mis amigos los artistas
PRENSA:
Gabriel Solís Carvajal
Hoy 13 de Abril, que la Iglesia celebra la festividad de San Hermenegildo mártir..., nuevamente en el estudio de José Méndez Lastrucci.
Nace Jesús en Sevilla un 13 de Enero del año de gracia para el artista de 1971, y sigue la estela de grandes artistas.
Estudia en la actualidad el tercer curso en la Facultad de Bellas Artes. Junto a sus estudios compagina su arte con sus obras, tanto religiosas como profranas.
Y yá, después de los saludos de rigor y agradecer la entrega de la Revista «Sentir Cofrade» con la narración que tan magníficamente describió de ese hombre para él tan querido, Castillo Lastrucci..., comenzamos la entrevista; siempre en su mismo estudio, cita en la calle Goles ns 48 accesoria.
¿Desde cuándo tu vocación por la imaginería?
Siendo explícito, considero que de idéntica forma que el siervo de Dios siente en su interior la llamada hacia el hábito y sus votos; el artista siente la necesidad de manifestarse, y lo hace de diversas maneras, dando a entender cual será el derrotero, por el que en lo venidero ha de saber expresarse, sin la necesidad de palabras.
En mi caso particular, ésto me vino a ocurrir a muy temprana edad. Cuando aún no tenía razón de juicio para valorar cuan difícil es este camino; pero sí entendía que había nacido para ello, y me preguntaba, qué sería de mí sin palpar de cerca el arte, en su más amplio sentido.
Mi verdadera vocación, nació un día cualquiera de mis catorce preciados años, cuando después de contemplar en mis manos una foto de la Virgen de María Santísima del Dulce Nombre, causó una fuerte impresión -la suya-, sobre mi visión personal y familiar. Fue cuando en un arrebato sin nombre, en mi mente surgió una pregunta verdaderamente comprometedora que vino a decirme -¿Te atreverías Jesús?. Aquello tocó mi fibra sensible y hasta hoy... y hoy -valga la redundancia-, me alegro sin reserva alguna, de que mi propio ego tuviese la osadía de provocar en mi subconsciente un reto que desde entonces me viene costando un esfuerzo lleno de momentos verdaderamente apasionantes; que me convierten en un ser libre.
¿Como fueron sus comienzos?
A la edad de catorce años, fue cuando despertó en mí este atractivo por el mundo de la escultura. De esta forma estuve un año con mi tío abuelo Manuel Castillo, después, desde los quince años hasta los diecinueve con mi otro tío abuelo Adolfo Castillo y con José Pérez discípulo de mi bisabuelo. Desde entonces tuve la necesidad de montar mi propio estudio, que a lo largo de este periodo he conseguido, gracias al trabajo y esfuerzo.
Igualmente estudié un año en la escuela de Artes Aplicadas, desde donde me pasé a estudiar el bechillerato y posteriormente entré en la facultad de Bellas Artes;
donde espero licenciarme, si el taller me lo permite...
¿Y el futuro, cómo se te presenta?
Soy de la opinión, de que el ser humano ha de preocuparse por el momento presente, aprendiendo del pasado; pero con los pies en el fugaz presente. No es cierto, que la palabra sagrada dice, que porqué debemos preocuparnos de que comeremos y con qué nos vestiremos, si ahí están los lirios del campo y las aves en el cielo que ni siembran ni cosechan, y sin embargo Dios las viste y las alimenta. No somos nosotros más que éstas...
Por ello, mi mirada está puesta en ser merecedor de mi propia vida, dándome como así ésta me fue entregada.
¿Quién te regaló esa foto de tu bisabuelo que tienes en tu estudio?
La foto a la que me aludes, se trata de una fotografía donde se ve a un D. Antonio Castillo Lastrucci, a la edad de cuarenta y cinco años, en la época de su mayor apogeo. Y desde que tengo estudio lo viene presidiendo, pues le tengo en un lugar de privilegio. No deja de ser un acto de cariño y admiración por su persona e igualmente por su arte.
Al mismo tiempo, y debajo de ésta, tengo otra donde aparecen tanto mi bisabuelo como su alumno D. Antonio Miañes, prácticamente un año antes de su óbito. Y otra mucho más pequeña de sus tiempos mozos.
Igualmente vienen a ocupar un lugar de respeto en mi estudio los retratos de escultores, Insignes artífices de la talla de Montañés, Antonio Susillo, Sebastián Santos Rojas, Luis Ortega Bru, etcétera... donde en ocasiones les pido que dejen caer algún resabio de su arte para dentro.
Y como creo que todavía no he respondió a su pregunta, he de decirle que la fotografía de mi bisabuelo que preside mi estudio, la saqué del álbum familiar para poderla ver todos los días delante de donde trabajo, y como dije antes, reitero, que lo hago como señal de un infinito respeto como de cariño.
¿Influye en el artista haber tenido en tu caso a tu bisabuelo famoso escultor como fue Castillo Lastrucci?
Si partimos de la base de que para mí primero supone una satisfacción enorme el hecho de poder continuar con su apellido y lo más importante; con su arte: La influencia que ejerce sobre mi persona es altamente positiva, y ya digo que a nivel personal lo situó en el plano de respeto y admiración. Distinto es desde el prisma en que pueda ser visto por el que está enfrente. Quizá para este sector entren en el plano de las comparaciones. Sea como fuere, lo claro es que cada indivuduo tien como tal su propia identidad, así tiene la suya Castillo Lastrucci, y de la cual puedo beneficiarme en cuanto a satisfacción personal se refiere; pero que a partir de ahí, hay que suponer -porque así ocurre-, que es mi propia Identidad la que tiene que entregarse a su trabajo, como lo hizo mi bisabuelo.
¿A través de que familiar de Castillo Lastrucci sabes sobre su trayectoria?
Debido a que estuve con dos de sus hijos y con su discípulo más cercano, por ellos sé de su trayectoria. Sin dejar de omitir a mi padre que también lo conoció.
Lo que más me llama la atención de cuanto conozco a cerca de la persona de mi bisabuelo, es sin lugar a dudas su inmensa humildad ante la vida y el trabajo. No les quepa la menor duda, de que un artista que trabajó en las condiciones en la que a él le tocó vivir, es y debe ser justo el valorarle en su justa medida. Por ello yo le tengo en muy alta estima. Porque además voy conociendo, ya que me dedico a lo mismo, las dificultades que encierra este mundo...
¿Qué te gusta más la imaginería o el arte profano?
Al margen de los gustos y preferencias, lo cierto es que existe de por medio un handicap que no podemos en ningún momento de olvidar. Sabiendo que la Imaginería es una rama dentro de la escultura -a la cual desde antaño se la consideró como arte secundario-, por la cual se llega hasta el, no adoptando, sino poseyendo unos valores Innatos en el artista Imaginero, que le diferencia del artista profano. Esa diferencia radica en ese estado del espíritu que recoge una buena imagen para consigo: su nombre no es otro que la archlconoclda unción sacra. Sin este requisito la imagen en sí misma carece de valor espiritual, y por añadidura el artista no tendrá a su alcance el poder de conectar con el receptor, porque su mensaje carecería en ese caso de premisas capaces de hacer llegar un sentimiento, que como apuntaba éste es innato.
La imaginería convencional, a diferencia de la escultura profana requiere de un tratamiento de la superficie bien diferente de las texturas posibles dentro del arte profano.
¿Entre todos tus trabajos, cuál es el más lejano?
De entre todas estas obras, por distintas razones, existe una que destaca de entre las demás -y no por calidad con respecto al resto-, sino por razones de sentimiento. En septiembre del año 1992, bajo el encargo de la Hdad. sevillana de los Negritos, una Virgen sevillana estuvo expuesta en su capilla después de ser bendecida solemnemente por el Arzobispo de Sevilla, Fray Carlos Amigo. Esta Imagen ¡ría destinada a la catedral de Honduras y supuso un enorme empujón de mi obra para América.
¿Qué sientes cuando ves a tu Cristo cautivo por las calles del sevillano barrio de Torreblanca?
Decir Cautivo de Torreblanca, es una sensación inconfundible, porque fue la primera imagen que hice de tamaño natural en madera policromada. Y que entonces aún no era Hermandad sevillana. Hoy tanto el uno como el otro, puedo decir que hemos crecido en proyección paralela. Sentir en mi piel cada Sábado de Pasión cuando le veo bajo el dintel de la puerta.
Hoy 13 de Abril, que la Iglesia celebra la festividad de San Hermenegildo mártir..., nuevamente en el estudio de José Méndez Lastrucci.
Nace Jesús en Sevilla un 13 de Enero del año de gracia para el artista de 1971, y sigue la estela de grandes artistas.
Estudia en la actualidad el tercer curso en la Facultad de Bellas Artes. Junto a sus estudios compagina su arte con sus obras, tanto religiosas como profranas.
Y yá, después de los saludos de rigor y agradecer la entrega de la Revista «Sentir Cofrade» con la narración que tan magníficamente describió de ese hombre para él tan querido, Castillo Lastrucci..., comenzamos la entrevista; siempre en su mismo estudio, cita en la calle Goles ns 48 accesoria.
¿Desde cuándo tu vocación por la imaginería?
Siendo explícito, considero que de idéntica forma que el siervo de Dios siente en su interior la llamada hacia el hábito y sus votos; el artista siente la necesidad de manifestarse, y lo hace de diversas maneras, dando a entender cual será el derrotero, por el que en lo venidero ha de saber expresarse, sin la necesidad de palabras.
En mi caso particular, ésto me vino a ocurrir a muy temprana edad. Cuando aún no tenía razón de juicio para valorar cuan difícil es este camino; pero sí entendía que había nacido para ello, y me preguntaba, qué sería de mí sin palpar de cerca el arte, en su más amplio sentido.
Mi verdadera vocación, nació un día cualquiera de mis catorce preciados años, cuando después de contemplar en mis manos una foto de la Virgen de María Santísima del Dulce Nombre, causó una fuerte impresión -la suya-, sobre mi visión personal y familiar. Fue cuando en un arrebato sin nombre, en mi mente surgió una pregunta verdaderamente comprometedora que vino a decirme -¿Te atreverías Jesús?. Aquello tocó mi fibra sensible y hasta hoy... y hoy -valga la redundancia-, me alegro sin reserva alguna, de que mi propio ego tuviese la osadía de provocar en mi subconsciente un reto que desde entonces me viene costando un esfuerzo lleno de momentos verdaderamente apasionantes; que me convierten en un ser libre.
¿Como fueron sus comienzos?
A la edad de catorce años, fue cuando despertó en mí este atractivo por el mundo de la escultura. De esta forma estuve un año con mi tío abuelo Manuel Castillo, después, desde los quince años hasta los diecinueve con mi otro tío abuelo Adolfo Castillo y con José Pérez discípulo de mi bisabuelo. Desde entonces tuve la necesidad de montar mi propio estudio, que a lo largo de este periodo he conseguido, gracias al trabajo y esfuerzo.
Igualmente estudié un año en la escuela de Artes Aplicadas, desde donde me pasé a estudiar el bechillerato y posteriormente entré en la facultad de Bellas Artes;
donde espero licenciarme, si el taller me lo permite...
¿Y el futuro, cómo se te presenta?
Soy de la opinión, de que el ser humano ha de preocuparse por el momento presente, aprendiendo del pasado; pero con los pies en el fugaz presente. No es cierto, que la palabra sagrada dice, que porqué debemos preocuparnos de que comeremos y con qué nos vestiremos, si ahí están los lirios del campo y las aves en el cielo que ni siembran ni cosechan, y sin embargo Dios las viste y las alimenta. No somos nosotros más que éstas...
Por ello, mi mirada está puesta en ser merecedor de mi propia vida, dándome como así ésta me fue entregada.
¿Quién te regaló esa foto de tu bisabuelo que tienes en tu estudio?
La foto a la que me aludes, se trata de una fotografía donde se ve a un D. Antonio Castillo Lastrucci, a la edad de cuarenta y cinco años, en la época de su mayor apogeo. Y desde que tengo estudio lo viene presidiendo, pues le tengo en un lugar de privilegio. No deja de ser un acto de cariño y admiración por su persona e igualmente por su arte.
Al mismo tiempo, y debajo de ésta, tengo otra donde aparecen tanto mi bisabuelo como su alumno D. Antonio Miañes, prácticamente un año antes de su óbito. Y otra mucho más pequeña de sus tiempos mozos.
Igualmente vienen a ocupar un lugar de respeto en mi estudio los retratos de escultores, Insignes artífices de la talla de Montañés, Antonio Susillo, Sebastián Santos Rojas, Luis Ortega Bru, etcétera... donde en ocasiones les pido que dejen caer algún resabio de su arte para dentro.
Y como creo que todavía no he respondió a su pregunta, he de decirle que la fotografía de mi bisabuelo que preside mi estudio, la saqué del álbum familiar para poderla ver todos los días delante de donde trabajo, y como dije antes, reitero, que lo hago como señal de un infinito respeto como de cariño.
¿Influye en el artista haber tenido en tu caso a tu bisabuelo famoso escultor como fue Castillo Lastrucci?
Si partimos de la base de que para mí primero supone una satisfacción enorme el hecho de poder continuar con su apellido y lo más importante; con su arte: La influencia que ejerce sobre mi persona es altamente positiva, y ya digo que a nivel personal lo situó en el plano de respeto y admiración. Distinto es desde el prisma en que pueda ser visto por el que está enfrente. Quizá para este sector entren en el plano de las comparaciones. Sea como fuere, lo claro es que cada indivuduo tien como tal su propia identidad, así tiene la suya Castillo Lastrucci, y de la cual puedo beneficiarme en cuanto a satisfacción personal se refiere; pero que a partir de ahí, hay que suponer -porque así ocurre-, que es mi propia Identidad la que tiene que entregarse a su trabajo, como lo hizo mi bisabuelo.
¿A través de que familiar de Castillo Lastrucci sabes sobre su trayectoria?
Debido a que estuve con dos de sus hijos y con su discípulo más cercano, por ellos sé de su trayectoria. Sin dejar de omitir a mi padre que también lo conoció.
Lo que más me llama la atención de cuanto conozco a cerca de la persona de mi bisabuelo, es sin lugar a dudas su inmensa humildad ante la vida y el trabajo. No les quepa la menor duda, de que un artista que trabajó en las condiciones en la que a él le tocó vivir, es y debe ser justo el valorarle en su justa medida. Por ello yo le tengo en muy alta estima. Porque además voy conociendo, ya que me dedico a lo mismo, las dificultades que encierra este mundo...
¿Qué te gusta más la imaginería o el arte profano?
Al margen de los gustos y preferencias, lo cierto es que existe de por medio un handicap que no podemos en ningún momento de olvidar. Sabiendo que la Imaginería es una rama dentro de la escultura -a la cual desde antaño se la consideró como arte secundario-, por la cual se llega hasta el, no adoptando, sino poseyendo unos valores Innatos en el artista Imaginero, que le diferencia del artista profano. Esa diferencia radica en ese estado del espíritu que recoge una buena imagen para consigo: su nombre no es otro que la archlconoclda unción sacra. Sin este requisito la imagen en sí misma carece de valor espiritual, y por añadidura el artista no tendrá a su alcance el poder de conectar con el receptor, porque su mensaje carecería en ese caso de premisas capaces de hacer llegar un sentimiento, que como apuntaba éste es innato.
La imaginería convencional, a diferencia de la escultura profana requiere de un tratamiento de la superficie bien diferente de las texturas posibles dentro del arte profano.
¿Entre todos tus trabajos, cuál es el más lejano?
De entre todas estas obras, por distintas razones, existe una que destaca de entre las demás -y no por calidad con respecto al resto-, sino por razones de sentimiento. En septiembre del año 1992, bajo el encargo de la Hdad. sevillana de los Negritos, una Virgen sevillana estuvo expuesta en su capilla después de ser bendecida solemnemente por el Arzobispo de Sevilla, Fray Carlos Amigo. Esta Imagen ¡ría destinada a la catedral de Honduras y supuso un enorme empujón de mi obra para América.
¿Qué sientes cuando ves a tu Cristo cautivo por las calles del sevillano barrio de Torreblanca?
Decir Cautivo de Torreblanca, es una sensación inconfundible, porque fue la primera imagen que hice de tamaño natural en madera policromada. Y que entonces aún no era Hermandad sevillana. Hoy tanto el uno como el otro, puedo decir que hemos crecido en proyección paralela. Sentir en mi piel cada Sábado de Pasión cuando le veo bajo el dintel de la puerta.